domingo, 27 de diciembre de 2009

LA MÚSICA Y LA MUERTE (II)


REQUIEM DE GIUSEPPE VERDI (1813-1901)
Realizo un importante salto en el tiempo para exponer una obra cumbre en la música religiosa del siglo XIX. El Requiem de Verdi se encuentra entre lo mejor compuesto por el autor italiano, además de ser uno de los Requiems más admirables de la historia.
Verdi no era creyente. Se manifestó como agnóstico, aunque nunca renunció a su catolicismo cultural ni social. El resultado de esa idea fue el perfecto, magnífico por su intensidad y por la compasión de su trágica visión de la condición humana.
La génesis de la obra es doble. La primera idea nace tras la muerte de Rossini en 1868. Verdi propone a otros doce autores italianos la composición de un Requiem colectivo para homenajear su memoria, reservándose para sí mismo el Libera me. La obra, aún estando completada, no vio la luz por problemas técnicos y de intrigas «políticas» tan comunes en el mundo de la música.
Fue la muerte del escritor Alessandro Manzoni en 1873 la que dio el empujón definitivo a la composición. Ahora Verdi decide culminar el trabajo en solitario (aprovechando el Libera me ya escrito) y en un año completá la obra, que se estrenó en la iglesia de San Marco de Milán el 22 de mayo de 1874.
El Requiem presenta a un Verdi maduro, muy distinto del arrebatador melodista de La Traviata o Rigoletto. Ha absorbido todas la tendencias románticas, pero tamizadas por su peculiar sentido musical. No cabe duda de que sus orquestaciones son más cuidadas y las armonías más elaboradas y audaces, lo que sumado a su incomparable talento melódico y dramático convierten al Verdi final como un auténtico prodigio.
He seleccionado dos pasajes que son buena muestra de lo hablado anteriormente. El primero es el monumental Dies Irae, en el cual el terrorífico texto de Tomás de Celano (siglo XIII) es tomado como tal, con ira, furia, horror (qué poco cristiano todo ¿no?) y desesperación. La orquesta está dominada por los metales, pero en permanente tutti y el coro se mueve en extremos de tesitura y tensión.
El Dies Irae es el leitmotiv de la composición, surge continuamente para recordarnos que la felicidad del más allá no es más que una duda.
Escuchen, por favor, la versión de la Orquesta Filarmónica de Berlín, dirigida por Claudio Abbado.




Los otros movimientos que he seleccionado son el Ingemisco y Confutatis, también dentro del mismo texto de Celano. Aquí surge el Verdi más conocido, cautivador y viajero de los sentimientos más primarios.Emocionante, lírico y sublime.
No se pierdan la joya interpretativa de dos soberbios jóvenes en 1967: Luciano Pavarotti y Nicolai Ghiaurov (bajo). Inigualable.



Texto original en latín
Dies iræ, dies illa,
Solvet sæclum in favilla,
Teste David cum Sibylla !
Quantus tremor est futurus,
quando judex est venturus,
cuncta stricte discussurus !
Tuba mirum spargens sonum
per sepulcra regionum,
coget omnes ante thronum.
Mors stupebit et Natura,
cum resurget creatura,
judicanti responsura.
Liber scriptus proferetur,
in quo totum continetur,
unde Mundus judicetur.
Judex ergo cum sedebit,
quidquid latet apparebit,
nil inultum remanebit.
Quid sum miser tunc dicturus ?
Quem patronum rogaturus,
cum vix justus sit securus ?
Rex tremendæ majestatis,
qui salvandos salvas gratis,
salva me, fons pietatis.
Recordare, Jesu pie,
quod sum causa tuæ viæ ;
ne me perdas illa die.
Quærens me, sedisti lassus,
redemisti crucem passus,
tantus labor non sit cassus.
Juste Judex ultionis,
donum fac remissionis
ante diem rationis.
Ingemisco, tamquam reus,
culpa rubet vultus meus,
supplicanti parce Deus.
Qui Mariam absolvisti,
et latronem exaudisti,
mihi quoque spem dedisti.
Preces meæ non sunt dignæ,
sed tu bonus fac benigne,
ne perenni cremer igne.
Inter oves locum præsta,
et ab hædis me sequestra,
statuens in parte dextra.
Confutatis maledictis,
flammis acribus addictis,
voca me cum benedictis.
Oro supplex et acclinis,
cor contritum quasi cinis,
gere curam mei finis.
Lacrimosa dies illa,
qua resurget ex favilla
judicandus homo reus.
Huic ergo parce, Deus.
Pie Jesu Domine,
dona eis requiem. Amen.
Traducción
Día de la ira, aquel día
en que los siglos se reduzcan a cenizas;
como testigos el rey David y la Sibila.
¡Cuánto terror habrá en el futuro
cuando el juez haya de venir
a juzgar todo estrictamente!
La trompeta, esparciendo un sonido admirable
por los sepulcros de todos los reinos
reunirá a todos ante el trono.
La muerte y la Naturaleza se asombrarán,
cuando resucite la criatura
para que responda ante su juez.
Aparecerá el libro escrito
en que se contiene todo
y con el que se juzgará al mundo.
Así, cuando el juez se siente
lo escondido se mostrará
y no habrá nada sin castigo.
¿Qué diré yo entonces, pobre de mí?
¿A qué protector rogaré
cuando ni los justos estén seguros?
Rey de tremenda majestad
tú que, al salvar, lo haces gratuitamente,
sálvame, fuente de piedad.
Acuérdate, piadoso Jesús
de que soy la causa de tu calvario;
no me pierdas en este día.
Buscándome, te sentaste agotado
me redimiste sufriendo en la cruz
no sean vanos tantos trabajos.
Justo juez de venganza
concédeme el regalo del perdón
antes del día del juicio.
Grito, como un reo;
la culpa enrojece mi rostro.
Perdona, señor, a este suplicante.
Tú, que absolviste a Magdalena
y escuchaste la súplica del ladrón,
me diste a mí también esperanza.
Mis plegarias no son dignas,
pero tú, al ser bueno, actúa con bondad
para que no arda en el fuego eterno.
Colócame entre tu rebaño
y sepárame de los machos cabríos
situándome a tu derecha.
Tras confundir a los malditos
arrojados a las llamas voraces
hazme llamar entre los benditos.
Te lo ruego, suplicante y de rodillas,
el corazón acongojado, casi hecho cenizas:
hazte cargo de mi destino.
Día de lágrimas será aquel renombrado
en que resucitará, del polvo
para el juicio, el hombre culpable.
A ese, pues, perdónalo, oh Dios.
Señor de piedad, Jesús,
concédeles el descanso. Amén.

domingo, 6 de diciembre de 2009

LA MÚSICA Y LA MUERTE (I)


Entresaco unos minutos de mi tiempo para invitarles a meditar sobre mis dos grandes obsesiones. En el futuro analizaré grandes obras que aúnan la música y la muerte. Hoy sólo les quiero regalar uno de los pasajes más bellos jamás creados al respecto. Se trata del motete Taedet anima meam que compuso Tomás Luis de Victoria en 1603 y que se publicó en Madrid en 1605, como homenaje a su gran mecenas de la corte: la emperatriz María de Austria, hermana de Felipe II. Este motete es el primer movimiento de una gran obra, el Officium defunctorum, que es continuado por la misa de Requiem y un motete final.
Victoria no compuso nada más tras esta obra maestra. Quizá por convencimiento de que una época, la de la polifonía, se estaba acabando por el uso de la nueva práctica de melodía acompañada por instrumentos. Pensemos que L´Orfeo de Claudio Monteverdi será estrenado en Mantua en 1607, dictando un punto y aparte en la historia de la música occidental.
Las pautas de composición del Officium Defunctorum serán clarísimamente contrarreformistas. Está escrita a seis voces y con la idea de que el texto debe de ser claro y comprensible. Cuando es amplio (como en el presente ejemplo) domina la homofonía, mientras que cuando es breve es más contrapuntístico, pero nunca de manera que se haga irreconocible.
Por otro lado, la expresividad austera, íntima, profunda, conmovedora y religiosa se plasma en cada nota y acorde. Es realmente difícil conseguir un sentimiento tan hondo. A los creyentes les ayuda a vivir con paz la muerte, mientras que a los no creyentes nos genera una imagen posible de dios.
El texto proviene de Job X 1-7.

Taedet animam meam vitae meae; dimmitam adversum me eloquium meum, loquar in amaritudine animae meae. Dicam Deo: Noli me condemnare: indica mihi, cur me ita iudices. Numquid bonum tibi videtur, si calumnieris et opprimas me opus manuum tuarum, et consilium impiorum adiuves? Numquid oculi carnei tibi sunt, aut sicut videt homo et tu videbis? Numquid, sicut dies hominis dies tui, aut anni tui sicut humana sunt tempora, ut quaeras iniquitatem meam, et peccatum meum scruteris? Et scias, quia nihil impium fecerim, cum sit nemo qui de manu tua possit eruere.

¡Estoy hastiado de mi vida! Voy a dar curso libre a mis quejas, hablaré con la amargura de mi alma. Quiero decir a Dios: "No me condenes; muéstrame por qué me juzgas así. ¿Es decoroso para ti hacer violencia, desdeñar la obra de tus manos y complacerte en los consejos de los malvados? ¿Acaso tienes ojos de carne y miras como mira el hombre? ¿Son tus días los de un mortal, son tus años los de un hombre para que tengas que inquirir mi culpa y andar rebuscando mi pecado, cuando sabes que no soy culpable y nadie puede librarme de tus manos?

La versión es la de TALLIS SCHOLARS dirigidos por su fundador PETER PHILLIPS en 1987. Nunca superada, aunque recomiendo a todos los lectores que escuchen la luminosa visión de MÚSICA FICTA dirigidos por RAÚL MALLAVIBARRENA.

viernes, 13 de noviembre de 2009

CARLES TREPAT Y LA GUITARRA ÍNTIMA



El año del centenario de la muerte de Isaac Albéniz no podía prescindir del instrumento que más ha extendido su música por todo el mundo. Curiosamente, el maestro de Camprodón jamás escribió una nota para guitarra, pero conoció las versiones realizadas por su contemporáneo colega Francisco Tárrega. En Albéniz La guitarra suena natural, como si fuera el ideal sonoro de su mente cuando creaba las partituras pianísticas.

El concierto del pasado martes también fue un homenaje al anteriormente nombrado Tárrega, fallecido también en el funesto 1909. El compositor y guitarrista castellonense ha pasado a la historia por dos cosas. La primera fue revolucionar la técnica y la construcción de la guitarra y la segunda, crear algunas de las melodías más famosas de la historia de la música.

El intérprete.

Carles Trepat llegó a nuestra ciudad con la aureola de ser considerado uno de los mejores intérpretes de su generación y la verdad es que no defraudó. Se presentó con una guitarra Santos Hernández, construida alrededor de los años veinte del siglo pasado, que proyectaba un timbre aterciopelado, dulce y de excepcional belleza. Desde el primer momento, guitarrista e instrumento funcionaron con perfecta simbiosis, huyendo de todo tipo de ampulosidad o extravagancia y buscando desde el principio un clima íntimo y esencial. Toda la oferta musical mereció la pena, pero quisiera destacar algunos detalles que realmente me llamaron la atención. El primero fue el fraseo claro y reposado, muy evidente en el casi siempre angustioso trémolo de «Recuerdos de la Alhambra», que fue realizado sin ninguna precipitación, regodeándose en cada nota y con una dirección clara y nítida. El segundo, la curiosa transcripción en Re -realizada por el propio Trepat— de la celebérrima «Asturias», que dotó a la obra una mayor variedad y redondez. Por último, la acertada elección del repertorio. Disfrutamos de Tárrega como compositor y adaptador, con lo que pudimos evaluar su doble faceta. Sentimos una «Puerta del Vino» de Debussy con una riqueza especial mientras que Granados y Albéniz estuvieron en su salsa desde una interpretación íntima, solvente y llena de sentido y musicalidad. Sólo eché en falta alguna pieza original de Miguel Llobet para cerrar el círculo del mundo guitarrístico postromántico e impresionista.

Concierto excelente, de los que hacen amar un instrumento único y que demasiadas veces es mancillado por manos diletantes. Espero que la experiencia se repita.

Crítica de Manuel Millán aparecida en la versión impresa de EL DÍA DE CUENCA EL 13-11-09.

lunes, 19 de octubre de 2009

Crítica de «Nebbie»

Cuando en el año 1997 el jurado del Primer Premio Internacional de Composición «Isla de la Gomera» declaró ganadora la obra «Nebbie» del autor granadino José miguel Moreno Sabio, hizo algo extraño en ese tipo de eventos: acertar. No en balde, la partitura es una de las cumbres de su creador y, sin miedo a equivocarme, una de las grandes obras españolas del último cuarto del siglo XX.

Si esta pieza no está programada habitualmente en las orquestas de cámara de nuestro país, quizá sea porque es fruto del trabajo de un señor que no tiene un extraño apellido extranjero, ni agente, contactos o enchufes oficiales. Sólo escribe música desde nuestra ciudad –en la que lleva afincado más de dos décadas— a la vez que enseña armonía, contrapunto y composición en el conservatorio «Pedro Aranaz». Pero háganme caso; «Nebbie» merece muchas audiciones, análisis y la inmersión en un fascinante universo sonoro y expresivo. Su primera escucha incita a la lectura del estremecedor poema de la escritora decimonónica italiana Ada Negri sobre el que está construido la obra. A partir de ahí tenemos que viajar por el clima gris, sombrío y nebuloso que llega a diversos clímax sonoros y expresivos. No existe hueco a lo banal ni un segundo de relajación desde los pizzicatos iniciales hasta los furibundos trémolos. La forma general es redonda y la belleza no deja a nadie indiferente.

Quizá tanta profundidad fue difícil de entender para el jovencísimo y reducido plantel que desplegó la Orquesta Filarmónica de Cuenca en el Teatro Auditorio. Sería necesaria una mayor maduración para lograr exprimir toda la esencia de estos pentagramas, sólo alcanzable desde el esfuerzo, el compromiso y la reiteración. Deseo de verdad que «Nebbie» crezca en estos atriles a la vez que la sabiduría de los integrantes.

Fragmento de la crítica aparecida en EL DÍA DE CUENCA el 19 de octubre de 2009

lunes, 12 de octubre de 2009

«Nebbie» de José Miguel Moreno Sabio en el teatro Auditorio

Nebbie (para orquesta de cuerda) sonará por primera vez en el Teatro Auditorio de Cuenca el próximo día 16 de octubre. La obra fue premiada en el 1º Concurso Internacional de Composición «Isla de la Gomera» en el año 1997, siendo estrenada en la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de San Sebastián de La Gomera el día 18 de octubre del mismo año por la «Orquesta de Cámara Garajonay» bajo la dirección de Roberto Túbaro.
La escuché hace unos años en casa del propio autor (uno de mis referentes profesionales y educativos) y sólo puedo recomendar su audición. La obra de Moreno Sabio es siempre sugerente, expresiva y personal; pero lo más importante es que nunca deja hueco a lo vacío ni espacio a lo superficial.
Según el propio autor es una propuesta de sonorización del poema del mismo nombre de la poetisa italiana del siglo XIX Ada Negri. El acercamiento al poema no tiene carácter narrativo, sino que parte de la idea central del mismo que gira en torno a la desesperación del ser humano ante la soledad.

Entiendo el poema como imágenes oníricas en blanco y negro, nieblas soñolientas, troncos mutilados por el viento, etc., que sirven de soporte a unos versos que por desolados resultan humanos hasta la exasperación. La insistente llamada interior al suicidio y su posible aceptación dan al final del poema un aire de catarsis mientras que se diluye en las siempre presentas nieblas del páramo.
El poema en cuestión no deja indiferente, pero les aseguro que la música (llena de anhelo y búsqueda y que juega estupendamente con tensiones y distensiones) redondea el sentido original, enriqueciéndolo con un juego sonoro que a nadie dejará indiferente.

Soffro.

Lontan lontano

Le nebbie sonnolente

Salgono dal tacente

Piano.

Alto gracchiando, i corvi,

Fidati all’ali nere,

Traversan le brughiere

Torvi.

Dell’aere ai morsi crudi

Gli addolorati tronchi

Offron pregando, i bronchi nudi

Come ho freddo! …..

Son sola;

Pel grigio ciel sospinto

Un gemito d’estinto

Vola;

E mi ripete:

Vieni;

È buia la vallata,

O triste, o disamata,

Vieni! …..

Vieni! ….

- ADA NEGRI -


Sufro.

En la lejanía

Las nieblas soñolientas

Se elevan del silencioso

Llano.

Graznando en lo alto, los cuervos,

Confiados a sus alas negras,

Atraviesan los fieros

Páramos.

A las mordeduras crueles del aire

Los mutilados troncos

Ofrecen implorantes, las ramas desnudas,

¡Qué frío tengo! ….

Estoy sola;

Impelido por el cielo gris

Un lamento de ánima

Vuela;

Y me repite:

Ven;

Está oscuro el valle,

O triste, o desamada,

¡Ven! ….

¡Ven! ….

Traducción libre de José Miguel Moreno Sabio.

Los intérpretes serán La Orquesta Filarmónica de Cuenca, bajo la batuta de Luis Carlos Ortiz.


jueves, 1 de octubre de 2009

Hola a todos

Comienza una nueva andadura en mi faceta de divulgador. Hoy, día dos de octubre de 2009, pretendo abrir una ventana al mundo de la crítica y el análisis musical. Una nueva tribuna donde plasmar mis impresiones sobre los conciertos, con especial predilección por los acaecidos en Cuenca, las Semanas de Música Religiosa, el Festival Internacional de Música de la Mancha y tantos otros que esperan tras un viaje. Sinceridad y justicia, objetividad y erudición; todo ello desde un lenguaje comprensible y comunicativo.

Luchemos por la ortografía