martes, 12 de octubre de 2010

Retorno a las músicas que me emocionaron (II)


Las sombras se aclaran por momentos, aunque sé que su retorno será cíclico y continuo. Quiero aprovechar en esta noche de lluvia y de ciertos claros en mi cabeza para analizar otra obra que me marcó en mi época de juventud, esta vez como estudiante de guitarra.
La Canción del emperador del vihuelista del renacimiento español Luys de Narvaez (alrededor de 1500-1550 ó 1560) está publicada en su obra «Los seys libros del Delphin de música en cifra para tañer vihuela». Se trata de una transcripción muy libre y variada de la bellísima chanson polifónica de Josquin des Pres (1440-1521) Mille Regretz. Poco podemos decir de esta música, amorosa en origen, redentora para los oídos sensibles y ejemplo (en su versión coral) de cómo utilizar la polifonía con independencia de voces pero con un texto claro y directo. La homofonía domina sobre el contrapunto imitativo, a pesar de que todas las voces están trabajadas horizontalmente y son melódicamente satisfactorias.
La versión instrumental recoge todo el recogimiento original (perdonen la trabada redundancia), pero los melismas melódicos de la vihuela le dan un toque diferente, más instrumental, pero sin perder la referencia primera.
El nombre de Canción del emperador se debe a que era la preferida de Carlos V, para el que sirvió Narváez tras la muerte del comendador mayor de León Francisco de los Cobos en 1547.

La primera versión que escuché y que imité como intérprete fue la del gran maestro Andrés Segovia. En este vídeo en el concierto en la Casa Blanca el 3-11-1979 podemos observar cómo el guitarrista de Linares interpreta desde una perspectiva romántica, cuidando el sonido tan especial que conseguía, sin mucho estudio del instrumento original y sin ninguna poerspectiva historicista. Pensemos que por esos años sólo interpretaban a la vihuela cuatro "sonados" como Jorge Fresno.


Por el contrario, esta versión a la vihuela de Dolores Costoyas es consecuencia del sonido tenue y menos reverberante del instrumento original. Su versión es reposada y los pasajes melódicos no buscan ser redondos, sino sugerentes gestos de ida y vuelta. Sigue los criterios historicistas hoy en boga y me parece muy sugerente.



Para acabar, quiero volver al principio, al origen, a la chanson de des Prez. Escuchen esta bellísima versión de la Capilla Real de Catalunya y Hesperion XXI dirigidos por Jordi Savall mientras siguen la letra:

Mille regretz de vous abandonner
Et d'eslonger vostre fache amoureuse,
Jay si grand dueil et paine douloureuse,
Quon me verra brief mes jours definer.

Mil pesares por abandonaros
Y por alejar vuestro rostro amoroso
Siento tanto duelo y pena dolorosa
Que se me verá en breve acabar mis días.



4 comentarios:

  1. La letra es maravillosa y me enlaza con unos sentimientos que son omitidos por esta, nuestra época plutocrática, que busca por todos los medios evitar la melancolía y el enfrentarnos con nuestros yerros.

    Celebro que haya gente valiente que sabe encontrar el valor de lo doloroso, aunque también sé que como humanos que somos, nos deleita el arte: "música, amorosa en origen, redentora para los oídos sensibles", como bien señalas, Manuel.

    Un abrazo

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  2. Gracias por tu comentario, Enrique. Das visiones nuevas a la música que propongo.

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  3. Manuel:

    Pauline Viardot es la hermana de María Malibrán, así que al final no iba yo tan desencaminado.

    Un placer verte ayer y compartir un magnífico concierto. Ya leeré la crítica.

    un abrazo,

    juan

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  4. Gracias Juan. He adjuntado el dato a la crítica, que imagino saldrá el lunes.
    Fue un concierto excelente.

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